Con la ayuda de Serafín, un antiguo empleado de su abuelo que era casi parte de su familia, Gastón Badii empezó a aprender técnicas para responder a un pedido especial y, en paralelo, a desarrollar procesos propios. Así fue resignificando un espacio que había habitado desde pequeño para acercarlo a sus intereses, pero también para adaptarlo a esta era que demanda uso responsable de materiales, que permite cruces nuevos entre lo industrial y lo artesanal, y, sobre todo, en la que necesitamos impulsar la cultura del cuidado con los objetos y los quehaceres.
Cuarta generación: Entrevista con Gastón Badii sobre el oficio de la marmolería
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